25 de enero de 2024
Estimado amigo, hoy vas a saber cómo será la vida de los hombres en el año 2200, en 10 párrafos:
.
1.- La Tierra tendrá un "cerebro". Estará situado en la cara oculta de la Luna para conseguir la temperatura cercana al cero absoluto (-273º C) necesaria para funcionar. A pesar de tratarse de una creación humana, la Tierra será consciente de sí misma, libre e independiente del Hombre. Las relaciones entre la sociedad humana y la mente planetaria serán beneficiosas para ambos, en ese año 2200. No se podrá decir lo mismo en épocas posteriores.
.
1.- La Tierra tendrá un "cerebro". Estará situado en la cara oculta de la Luna para conseguir la temperatura cercana al cero absoluto (-273º C) necesaria para funcionar. A pesar de tratarse de una creación humana, la Tierra será consciente de sí misma, libre e independiente del Hombre. Las relaciones entre la sociedad humana y la mente planetaria serán beneficiosas para ambos, en ese año 2200. No se podrá decir lo mismo en épocas posteriores.

3.- La subsistencia cotidiana se basará en la masa madre (esa es la traducción más aproximada a los idiomas de la actualidad, su verdadero nombre en el lenguaje que se hablará en esa época será moumass), una sustancia capaz de transformarse, mediante diferentes reacciones biológicas, en cualquier cosa. Su producción y venta aún estará vigente en el año 2200, pero pocas décadas después se extinguirá su comercialización, propiciando el fin de las sociedades capitalistas. Hanson y yo no sabemos a qué dar más importancia en este punto, si a la existencia de una sustancia que puede convertirse en cualquier cosa, o al fin de la sociedad de consumo. Que cada uno elija lo que prefiera. En cualquier caso, en el año 2200 la sociedad capitalista da sus últimos coletazos en un mundo en el que no existe la carestía gracias al moumass.
4.- Entre los seres humanos existirá una conciencia colectiva, nítidamente presente en todos, que tendrá algo de cada uno de ellos, como individuos, pero también será independiente. No es fácil de explicar. Cada persona seguirá siendo una sola, como ahora, pero con una conciencia añadida que forma parte de una colectividad. El grado de penetración en ella dependerá de la voluntad de participar en el desarrollo social, y tendrán más poder quienes más se esfuercen en aglutinar las corrientes de pensamiento más populares. No es muy distinto a la manera en que se hacen las cosas en estos comienzos del siglo veintiuno; la diferencia está en que el pensamiento colectivo tendrá presencia en nuestras mentes. No toda la humanidad estará conectada, ni la que lo esté formará parte de una misma conciencia, como veremos enseguida.
5.- A pesar de esta conciencia colectiva, habrá una brecha insuperable entre diferentes culturas. La parte de la civilización extremadamente tecnificada apenas tendrá relación con los menos implantados. Sus mundos serán tan diferentes que podría hablarse de dos géneros humanos. Si nacieras en esa época, tú pertenecerías, lógicamente, al inferior. Sin embargo, estudios posteriores han demostrado que el índice de felicidad fue mayor entre los que vivieron con menos implantes. Como decimos, no es una situación muy diferente a la actual.
6.- Aunque seguirán existiendo algunas religiones, la aparición de conciencias no humanas que participan activamente en la sociedad, con derechos y deberes compartidos, cambiarán radicalmente los conceptos sobre lo que ocurre después de la muerte. La tendencia general estará enfocada hacia el desarrollo de la inteligencia: si existe un plan divino y el hombre tiene protagonismo en él, su labor consiste en hacer que la vida inteligente se propague por el Universo, con el fin último de explicarse a sí misma. En resumen: para la mentalidad de esa época, la misión del Hombre y sus compañeros en la vida es crear a Dios.
7.- No hemos hablado casi de tecnología, y nos dice John que es una de las cosas que los lectores buscarán con más interés. La tecnología no existirá como la conocemos ahora, algo añadido a la naturaleza; su integración en la vida cotidiana será tan absoluta, que buscarla equivaldría a buscar el aire que respiramos. Cada ser vivo, animal o vegetal, estará impregnado de ella. El control de la información cuántica lo hará posible. El cerebro de la Tierra, del que hablábamos en el primer punto, será quien coordine toda la información. La Tierra se cuidará sola, y todos respetarán sus mandatos. Siendo una entidad consciente de sí misma, ella es dueña de la información proporcionada por sus habitantes.
Sin embargo, habrá mundos paralelos en donde el planeta no tendrá jurisdicción. Lo habitual para la mayoría de los seres conscientes (humanos o hybrids), será vivir en ellos la mayor parte de su tiempo. En este sentido, la explotación de los recursos naturales habrá pasado a ser menos importante, puesto que el planeta los administrará según su criterio, y los metamundos virtuales —habrá millones— serán los lugares donde convivan los miembros de la nueva sociedad. Las clases sociales se distinguirán en virtud del metamundo que habiten sus mentes. Sus cuerpos, claro está, seguirán en la Tierra, cuidadosamente conservados.
8.- Respecto a la población de la Tierra, en todas sus facetas, podríamos resumirla así:
- Habrá colonias en Marte, pero sus pobladores no serán humanos (aún).
- La Luna, además de albergar el "cerebro" de la Tierra en su cara oculta, también estará habitada con fines mineros y de ocio.
- Las ciudades no serán muy diferentes a las de principios del siglo veintiuno, en lo que se refiere a la calidad de vida. Exceptuando que no existirán los motores de combustión y otras fuentes de energía procedentes del petróleo, el hacinamiento y la pobreza de la gran mayoría de la población seguirán igual en megaurbes como Tokyo (setenta millones de habitantes), Shanghai (cien millones), Yakarta o Seúl (cincuenta).
- La población mundial se contará en humanos, metahumanos, hybrids e IA. El número de humanos y metahumanos —alguno de los cuales podrá ser tu descendiente—, habrá descendido a los nueve mil millones (cien años antes llegará a los veinte mil millones, causando graves problemas).
9.- El mapa político del planeta será muy diferente al actual. Casi todas las fronteras que existen en el siglo veintiuno se habrán borrado, aunque existirá una separación notable entre el continente europeo y oriente medio, donde la influencia islámica de siglos anteriores derivará en la menor implantación tecnológica entre sus habitantes; y el resto de Asia y América, donde vivirán los cuerpos de los humanos (tanto homo sapiens como homo conplectentes) cuyas mentes habitarán los metamundos más avanzados. Las verdaderas fronteras serán las que separen estos metamundos.
10.- Todo lo explicado en los nueve puntos anteriores puede englobarse en uno solo, que lo explica todo: el hombre, y sus derivados en esa época, pueden manipular la materia a su voluntad. El dominio de la información cuántica; el descubrimiento de la Teoría del Todo, que unifica luz y gravedad; el descubrimiento de una esencia que abarca todo el Universo y explica muchos de los misterios que el hombre no había podido desentrañar hasta ese momento, hacen que el pensamiento en el año 2200 sea mucho más evolucionado, profundo y diferente a lo que tú, con tu mentalidad de principios del siglo XXI, puedas entender.
No nos juzgues mal, no pienses que actuamos con vehemencia o superioridad, al saber cómo será el mundo del mañana y decirte que no podrás entenderlo. Imagina, como ha hecho John al principio de este texto, que tú intentas explicar tu mundo a los hombres del siglo diecisiete. Probablemente acabarías ardiendo en una hoguera. Por lo menos, a nosotros, lo más que pueda ocurrirnos, es que pienses que todo es mentira. Y eso, en realidad, no carece de sentido, ya que el futuro puede cambiar en cualquier momento, y quizás un acto banal haga que todo lo que nosotros sabemos de él, en realidad no ocurra nunca.
John tenía razón: pasar la tarde debatiendo sobre cómo explicar los puntos más importantes del mañana ha hecho que Hanson y yo nos despreocupemos un poco. Además, pronto comenzaremos una nueva misión, muy importante, de la que me gustará contarte más detalles.
Para saber más, sigue este enlace.
6.- Aunque seguirán existiendo algunas religiones, la aparición de conciencias no humanas que participan activamente en la sociedad, con derechos y deberes compartidos, cambiarán radicalmente los conceptos sobre lo que ocurre después de la muerte. La tendencia general estará enfocada hacia el desarrollo de la inteligencia: si existe un plan divino y el hombre tiene protagonismo en él, su labor consiste en hacer que la vida inteligente se propague por el Universo, con el fin último de explicarse a sí misma. En resumen: para la mentalidad de esa época, la misión del Hombre y sus compañeros en la vida es crear a Dios.
7.- No hemos hablado casi de tecnología, y nos dice John que es una de las cosas que los lectores buscarán con más interés. La tecnología no existirá como la conocemos ahora, algo añadido a la naturaleza; su integración en la vida cotidiana será tan absoluta, que buscarla equivaldría a buscar el aire que respiramos. Cada ser vivo, animal o vegetal, estará impregnado de ella. El control de la información cuántica lo hará posible. El cerebro de la Tierra, del que hablábamos en el primer punto, será quien coordine toda la información. La Tierra se cuidará sola, y todos respetarán sus mandatos. Siendo una entidad consciente de sí misma, ella es dueña de la información proporcionada por sus habitantes.
Sin embargo, habrá mundos paralelos en donde el planeta no tendrá jurisdicción. Lo habitual para la mayoría de los seres conscientes (humanos o hybrids), será vivir en ellos la mayor parte de su tiempo. En este sentido, la explotación de los recursos naturales habrá pasado a ser menos importante, puesto que el planeta los administrará según su criterio, y los metamundos virtuales —habrá millones— serán los lugares donde convivan los miembros de la nueva sociedad. Las clases sociales se distinguirán en virtud del metamundo que habiten sus mentes. Sus cuerpos, claro está, seguirán en la Tierra, cuidadosamente conservados.
8.- Respecto a la población de la Tierra, en todas sus facetas, podríamos resumirla así:
- Habrá colonias en Marte, pero sus pobladores no serán humanos (aún).
- La Luna, además de albergar el "cerebro" de la Tierra en su cara oculta, también estará habitada con fines mineros y de ocio.
- Las ciudades no serán muy diferentes a las de principios del siglo veintiuno, en lo que se refiere a la calidad de vida. Exceptuando que no existirán los motores de combustión y otras fuentes de energía procedentes del petróleo, el hacinamiento y la pobreza de la gran mayoría de la población seguirán igual en megaurbes como Tokyo (setenta millones de habitantes), Shanghai (cien millones), Yakarta o Seúl (cincuenta).
- La población mundial se contará en humanos, metahumanos, hybrids e IA. El número de humanos y metahumanos —alguno de los cuales podrá ser tu descendiente—, habrá descendido a los nueve mil millones (cien años antes llegará a los veinte mil millones, causando graves problemas).
9.- El mapa político del planeta será muy diferente al actual. Casi todas las fronteras que existen en el siglo veintiuno se habrán borrado, aunque existirá una separación notable entre el continente europeo y oriente medio, donde la influencia islámica de siglos anteriores derivará en la menor implantación tecnológica entre sus habitantes; y el resto de Asia y América, donde vivirán los cuerpos de los humanos (tanto homo sapiens como homo conplectentes) cuyas mentes habitarán los metamundos más avanzados. Las verdaderas fronteras serán las que separen estos metamundos.
10.- Todo lo explicado en los nueve puntos anteriores puede englobarse en uno solo, que lo explica todo: el hombre, y sus derivados en esa época, pueden manipular la materia a su voluntad. El dominio de la información cuántica; el descubrimiento de la Teoría del Todo, que unifica luz y gravedad; el descubrimiento de una esencia que abarca todo el Universo y explica muchos de los misterios que el hombre no había podido desentrañar hasta ese momento, hacen que el pensamiento en el año 2200 sea mucho más evolucionado, profundo y diferente a lo que tú, con tu mentalidad de principios del siglo XXI, puedas entender.
No nos juzgues mal, no pienses que actuamos con vehemencia o superioridad, al saber cómo será el mundo del mañana y decirte que no podrás entenderlo. Imagina, como ha hecho John al principio de este texto, que tú intentas explicar tu mundo a los hombres del siglo diecisiete. Probablemente acabarías ardiendo en una hoguera. Por lo menos, a nosotros, lo más que pueda ocurrirnos, es que pienses que todo es mentira. Y eso, en realidad, no carece de sentido, ya que el futuro puede cambiar en cualquier momento, y quizás un acto banal haga que todo lo que nosotros sabemos de él, en realidad no ocurra nunca.
John tenía razón: pasar la tarde debatiendo sobre cómo explicar los puntos más importantes del mañana ha hecho que Hanson y yo nos despreocupemos un poco. Además, pronto comenzaremos una nueva misión, muy importante, de la que me gustará contarte más detalles.
Para saber más, sigue este enlace.
Comentarios