20 de enero de 2024 Los recuerdos poseen una cualidad que no pueden remedar la voz o la palabra escrita: son una bomba. Mientras que un relato tiene un principio, un final, y un orden, un recuerdo puede explotar y esparcirse sembrando el caos. Dentro de cada recuerdo están comprimidas las sensaciones que éste proporcionó, sus consecuencias, lo que supuso para nuestro tiempo posterior al acto recordado. Cuando recordamos, todo eso explota en nuestro interior. El recuerdo que captó John en la mente del hombre que mató a su hermano fue una de esas bombas capaces de aniquilar no solo al que recuerda, también al que conoce el suceso.
Por Olí.